26 Jan La risa nuestra de cada día
En este encuentro con el joven Psic. Andrés Buschiazzo se propuso “la risa como un estilo de vida”, una invitación a cultivar el sentido del humor, a descubrir los recursos que nos hacen bien, aquellos cuya práctica facilita que podamos ver las pruebas desde otro punto de vista, a transitar caminos que generan sentido de pertenencia y dan sentido a la vida.
La risa puede ser un arma, nos conecta o nos separa, es la distancia más corta entre dos personas, también un mecanismo de defensa, una herramienta para enfrentar la adversidad y el miedo y fundamentalmente: convoca emociones positivas, a una decisión de distancia.
Este recurso se puede entrenar y quienes lo adoptan como hábito promotor de salud mental obtienen a cambio calidad de vida. Aún en contextos difíciles o menos favorables -como podría ser crecer en un ambiente signado por el tango, la nostalgia y el patrón social heredado de esconder las emociones (por el miedo al ridículo, la semblanza con nuestros primos los monos, el juicio generalmente despiadado a los diferentes)- el ejercicio voluntario hacia el encare positivo es posible y altamente recomendado.
El psicoterapeuta adleriano compartió detalles de su vasta experiencia y de la jurisprudencia que provee evidencia científica sobre el impacto de las emociones en la química del organismo y alentó al público a experimentar. Estar inmerso en un grupo de 200 personas riendo a la vez, más allá de que nos relaja, nos distrae y nos divierte, “nos cambia”, nos pone a prueba, nos fortalece.
Todo puede ser de otra manera si aprendemos a ver desde otro lugar, por ejemplo riéndonos o eludiendo la preposición “pero” al expresarnos.
¡Salud!